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“OJALÁ SEAS EL LECTOR QUE ESTE LIBRO AGUARDABA”

Entrevista sobre LIJ a Marian Lutzky


Por Rodrigo Ratón Hidalgo



En la idea de robustecer esta área de contenidos en El Circo en Llamas, entrevistamos a nuestra colaboradora Marian Lutzky, y a sus socias Mónica Munizaga y Karen Coronado, quienes dan vida a “Qué lindo leer”, una agrupación dedicada a la promoción de la lectura, la escritura y la creatividad, y que cuenta entre otros proyectos con una revista de LIJ hecha por niñes y jóvenes, visible en www.quelindoleer.cl




- ¿Qué opinas tú de la llamada LIJ 2.0? Digo, se habla hoy en día de una LIJ 2.0, que se supone es correlato de nuestra realidad global en la era digital de la Web 2.0., la LIJ 2.0 es aquella en que los propios niños y adolescentes han comenzado a hacer su propia LIJ, el mundo en que las redes sociales y herramientas permiten a los lectores convertirse en autores, el mundo de los mediadores-autores, los booktubers, los niños productores de sus propios libros, todo eso que ha tenido un impacto a la hora de pensar la LIJ. ¿Es sólo una nomenclatura propia del mercado editorial? ¿Hay realmente una experiencia LIJ 2.0 en la mediación por ejemplo?


Las formas de leer son muy diversas, y de interpretar esas obras también. Pensemos en el músico que lee una partitura y cuenta una historia en un lenguaje que todos podemos sentir y vivenciar diferente, incluso sin saber “leer música”. El intérprete es intérprete, y el lector también. O el cine, los cortometrajes, los videos musicales. La multimodalidad nos provee de una posibilidad narrativa inmensa. Las maneras de expresar, leer, compartir la experiencia lectora en sus diversos lenguajes se ha expandido y masificado con internet y las redes sociales que posibilitan ampliar la noción de comunidades lectoras, y facilitan el encuentro con la lectura. Y esas comunidades han permitido que lectores niños/as, adolescentes construyan sus propias valoraciones y caminos. Que se recomienden entre sí, que se acompañen entre sí, que comenten, critiquen, editen, escriban y reescriban. No es que antes no sucediera, solo creo que en el contexto 2.0 se ha potenciado y masificado, permitiendo mayor acceso. En la revista Qué lindo leer por ejemplo, tenemos secciones de booktoubers, booktrailers y hasta playlist, en relación a las diferentes posibilidades narrar, secciones que han propuesto los mismos niños/as. Entonces esta literatura 2.0 ha abierto un nicho de mediadores lectores jóvenes. Desde la llegada del blog hasta las redes sociales como Instagram, poadcast o páginas web gratuitas se han ampliado los espacios donde hablar, compartir y discutir lecturas. Hoy podemos hablar de mediadores lectores capaces de escuchar a esas comunidades jóvenes que se expresan masivamente en las redes, que desean y crean. Y la experiencia LIJ 2.0 en mediación es parte de esa red otorgando cada vez más voz a los lectores niños/as y adolescentes a través de diversos proyectos y plataformas. En síntesis, la LIJ 2.0 amplía aún más las formas de leer y mediar la lectura, sobre todo en el contexto de pandemia y transmedia.


- ¿Cómo establecemos parámetros de calidad en la LIJ? ¿qué ponderamos para sostener que un libro es mejor que otro, en LIJ? ¿Por qué alguien puede por ejemplo llegar a decir que tal o cual autor de LIJ hace "autoayuda para niños"? (eso fue lo que dijo hace unos años el escritor Jorge Baradit refiriéndose como padre a los libros que su hijo debía leer de Mauricio Paredes).


Cuando un libro nos quiere enseñar y se empeña en esto, podemos dudar de su intención literaria. La LIJ ha estado muy ligada en el pasado, con el advenimiento de la escuela, a su instrumentalización, literatura para aprender a portarse bien, para aprender valores cristianos, a ser civilizados. Hay un cuento de Mark Twain que se mofa de eso y que reeditó el Fondo de Cultura Económica hace ya varios años: “Historia de un niñito bueno, historia de un niñito malo” donde el niño bueno, cristiano, obediente, no termina muy bien su camino, -de hecho muere trágicamente- y el malo crece y adquiere un puesto de poder y vive rodeado de riquezas. La concepción más pedagógica ha cambiado y la LIJ ha entrado al mundo de la literatura que como tal, no busca enseñar en particular, sino cautivar, conmover, provocar y otras cosas que hace el arte en general. Los niños y las niñas llegan al mundo a interpretar las metáforas de la vida y se ha ido editando literatura que responde a esta noción. Se sigue editando LIJ con funciones pedagógicas pero creo yo, cada vez menos y esto lleva a la otra pregunta ¿se sigue mediando literatura “pedagógica”, literatura para enseñar en valores? Libros hay muchos y lectores de todo tipo, lectores infantiles diversos, con gustos lectores distintos y es interesante respetar esto, los gustos lectores. Borges tenía una frase que nos gusta mucho: “Ojalá seas el lector que este libro aguardaba.” Lectores diversos y lecturas diversas.


- Sin duda alguna mucho de esto está ya dicho en "La casa de las estrellas", el texto primero que enviaste, a propósito de la experiencia del lenguaje en los niños, no? Es decir, de alguna manera en tu texto me parece dejas entrever que el rol del mediador es tan importante o acaso más importante que el libro mismo, pues la experiencia de la lectura, como una experiencia reveladora en el universo del lenguaje, como experiencia de un poder mágico, es en definitiva más importante que el objeto libro en tanto soporte mismo. El objeto libro puede ser infinitamente llamativo y ser una caja de sorpresas, una explosión de creatividad con tal de convocar y atraer al niño como lector. Libros 3D con sonido con olor con texturas, en fin. Pero con un mediador hábil o ad hoc, un papel con el más simple garabato puede resultar una odisea. ¿O no?


Hace poco Libros del Cardo publicó “El libro de las camas y otras historias”, un rescate maravilloso de Sylvia Plath. Las ilustraciones son en blanco y negro y el papel de escaso grosor. El libro invita a la imaginación, a la risa y no necesitaba de otro soporte para comunicar y conmover El viaje que propone el texto, con las ilustraciones a lápiz, basta para generar esa experiencia. Va a depender de la propuesta del libro, la mediación y del gusto lector del niño/a un libro u otro. Y también de las experiencias diversas de lectura que se propongan al lector. Creo que un libro solo por tener un soporte maravilloso, no basta, tiene que haber una propuesta estética y literaria, que provoque esa salida del libro a lo imaginario. Por eso un libro que no tiene silencios no creo que guste tanto como los que nos dejan crear, interpretar. Hay todo tipo de libros, algunos en formatos diversos donde su edición delicada y pensada ofrece maravillas, como muchos libros pop up por ejemplo, donde materialidad, texto, imagen, diseño, edición se unen como en un rompecabezas para cautivar. Y un mediador/a puede ir hilvanando ese camino, de la interpretación, del gusto, de la discusión literaria. Lo más atractivo de los libros con formatos diversos es la capacidad de sumergir al lector en el mundo propuesto. Por esta razón, es sumamente importante considerar los criterios de calidad literaria y estética, así como también el soporte material que, juntos, generan una experiencia de lectura sensorial, lúdica, creativa e imaginativa.


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