El Circo en Llamas
REFLEXIONES SOBRE MIS MEDIOS
Actualizado: 10 nov 2020
Poéticas #1: fragmentos del texto "Reflexiones sobre mis medios", de Carl Rakosi.

Para mí no fue necesario inventar formas nuevas, porque cuando empecé a escribir Williams y Cummings habían desarrollado algunas con estimulantes posibilidades para el nuevo contenido en el que me estaba introduciendo. Así que al hacer un poema mi atención se centró en otras cosas más difíciles y problemáticas para mí.
Sin embargo, con el paso del tiempo algunas nuevas formas llegaron hasta mí, pero siempre en respuesta a algún contenido en particular y a aquello que encontraba visualmente placentero y significativo sobre la página. Me gusta más una apariencia ligera y elegante, pero esa apariencia no es apropiada, sin duda, para cualquier tipo de poema. Hubiera convertido a mi poema “The Old Poet´s Tale” -un poema narrativo algo largo- en una cosa fea y desarticulada. Lo que ese poema necesitaba era algo que a la vez expresara movimiento y control. Así fue como llegué al terceto sin rima, que expresa movimiento a lo largo de una línea recta… exactamente lo que es una narración.
Por otra parte, escribí “Spring Fantasy” en una forma larga, muy fina, descarnada -no más de una o dos palabras en cada línea-, debido a que el poema es sobre un cartucho fonográfico -largo y estrecho-, y a que las ideas y las imágenes en el poema estaban firmemente comprimidas y enredadas como en un cartucho. Demasiado simple, quizás, pero pensé que hacer que la forma y el contenido hablara una misma voz era más efectivo para este poema en particular que una apariencia atractiva.
En general, la forma parece ser de alguna manera importante en proporción al tamaño del poema. Un poema corto es prácticamente el mismo sea cual sea la forma que se use. La innovación le ayuda poco. Mientras más largo sea un poema, más parece necesitar una forma, no solo para preservarlo de la desintegración, sino también para que exprese ese pedacito subliminal que alude a su diseño y significación generales. La innovación formal, en consecuencia, podría ser una necesidad orgánica para el poema largo.
Eso nos lleva a qué tipo de poema uno está escribiendo. Si, por ejemplo, uno está siendo satírico, irónico, extravagante, el asunto está por entero depositado en el contenido. Las invenciones formales en este caso serían más bien inútiles, casi perturbadoras.
Las formas nuevas son también, en cierto sentido, el producto de una actitud. Una persona para la cual escribir es un divertimento intelectual o una forma de juego, se verá constantemente motivada a inventar nuevas formas. Inventarlas es parte de la diversión, el reto mismo, lo interesante. Pero para quien la poesía no es un juego, la preocupación por las innovaciones será desagradable, absurda, en suma, porque sitúa los recursos antes que la vida real en el poema; en el mejor de los casos reduce el poema a la dimensión del recurso, en el peor, lo corrompe. Cummings es un ejemplo apropiado. Después de que uno se acostumbra a sus nuevos recursos y aprende a vivir con ellos, pierden su novedad y resulta claro que tuvieron la finalidad de impresionar a los lectores para hacerse admirar como un sujeto atrevido. En lo que concierne a la poesía, no sirven sino a la finalidad de llamar la atención sobre sí mismos como invenciones. En otras palabras, se sirven a sí mismos.
No puede negarse que para el escritor inventar nuevas formas es una importante y estimulante ocupación, a menudo necesaria para manifestar su individualidad y originalidad. Pero no debemos engañarnos al respecto de lo que es importante para el lector. Un lector que no es un historiador de la literatura participa de una experiencia diferente cuando lee un poema. Para él lo único importante es el poema mismo, su valor inherente y su perdurabilidad. En otras palabras, la significación que tiene para el poeta inventar algo no pude ser transferida al poema. Este tiene que sostenerse por sus propios méritos.
Descarga el texto completo: